Muchas veces disciplina y productividad parecen estar unidas. Y creemos que como nos cuesta mucho ser disciplinados, no seremos capaces de aplicar consistentemente un sistema de productividad.
Pero, ¿realmente nos cuesta tanto ser disciplinados? Yo creo que no. Lo que creo es que no sabemos hacerlo. No sabemos ser disciplinados. No sabemos cómo se hace.
Si a alguien que tiene la disciplina de ir a diario al gimnasio le preguntas ¿cómo lo hace?, la respuesta más habitual será: Es que el cuerpo me lo pide.
De hecho si piensas algún aspecto de tu vida en el que tengas disciplina, probablemente sea una disciplina que casi no te cueste mantener. Simplemente porque el cuerpo te lo pide.
Piensa en cosas pequeñas. Por ejemplo, yo soy extremadamente disciplinado en lavarme los dientes justo al levantarme de la cama cada mañana. ¿Cómo lo hago? Pues el cuerpo me pide la sensación de frescor en la boca que me produce lavarme los dientes y no hay otra opción posible.
La verdadera disciplina no se impone. Sólo puede venir del interior de nosotros mismos
Dalai Lama
Para cosas más grandes o importantes funciona exactamente igual.
¿Y cómo se hace para que el cuerpo te lo pida?
Mi enfoque, como siempre, es hacerlo fácil. Rebajar expectativas, pensar en el largo plazo y comprometerme sólo con la acción inmediata.
Si quieres tener disciplina con algún aspecto en particular de tu vida, no quieres tener disciplina hoy. Quieres tenerla siempre. Quieres tenerla el año que viene. Y el otro.
Imagina que quieres alimentarte de manera sana consistentemente, a partir de mañana. Hoy vas a pedir una telepizza, pero a partir de mañana, sano sano.
La mejor manera de fracasar es obligarte a comer brócoli y quinoa desde mañana mismo. Si intentas pasar de 0 a 100 rápidamente, vas a fracasar. Seguro. Te vas a aburrir, vas a sufrir.
El éxito llega con la constancia en el propósito, no en el sacrificio.
Lo que te recomiendo que hagas:
- piensa en tu alimentación habitual.
- sustituye el alimento más insano que consumas por uno más sano, manteniendo la posibilidad de disfrutar de la comida tal y como la conoces ahora.
- cada vez que lo hagas, felicítate por haberlo conseguido. Esto es innegociable: ¡felicítate!, siente orgullo por el compromiso cumplido, sube una foto a instagram si quieres.
- vuelve al paso 1 y continúa el ciclo a un ritmo en el que no encuentres fricción, en el que no sufras, en el que puedas disfrutar.
Este ciclo sirve para lo que quieras.
Que quieres llegar a correr una maratón, pues empieza desde el punto 1 aplicado al objetivo de la maratón y ve completando el ciclo consistentemente.
Sin pensarlo llegará el día en el que el cuerpo te lo pida.
¿Que quieres aplicar consistentemente un sistema de productividad? Pues lo mismo.
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